sábado, 19 de marzo de 2022

Piernas...

 

Vamos a ver qué sale recién estrenado el nuevo día.

El nuevo día aún no amanecido.

Recuerdos del pasado sábado.

Sus piernas eran un espejismo. Flamígeras. ¿Estaban?

Tan delgadas y disfrazadas de pantalón ancho

a cada paso se veían irreales, apenas se apreciaban.

Se adivinaban, dejábanse intuir.

Sus piernas eran un espejismo.

¿Había piernas?

Eran un flotar de banderas con claro viento.

Eran un navegar de nubes en toda borrasca.

Sus piernas aparecían y desaparecían a cada paso,

como fantasmas.

Breves manchas negras, estilizadas

nebuloides, nebulosas,

llameantes trazos de tela negra.

Atmósfera vaporosa ante mis ojo en la distancia.

¿Eran, sus piernas...?

No existían sino: ¿eran?

¿Eran piernas sus piernas?

¿O eran humo de chimenea?

¿Eran juegos burlones en mis retinas? Sus piernas ¿eran?

Espejismo me parecieron más, ¿lo eran?

Recuerdo una espalda gris acariciada por un torrente

de cabello negro, oscuro. ¡Negro oscuro!

Recuerdo un vaporoso juego de siluetas

        a modo de piernas negras tela.

Recuerdo una maravilla que pensar.

Recuerdo un espejismo en toda regla, espejismo de piernas.

¿Estaban?

¿Había?

¿Eran?

 

Jose Gracia y Calvo

El Puerto de Santa María (Cádiz)

11/11/1998, 2:00 de la mañana

El sábado 4/11/98, en El Puerto, camino de la estación coleccioné la visión de una chica de pantalón amplio y suelto pero piernas tan delgadas, que los pliegues y el movimiento del pantalón las hacían desaparecer a cada paso.

 

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