Quizá la agitación de aquel momento
quizá la sal cegó mi vista toda
quizá la luz saltó en aquel encuentro
quizá la sal cubrió tu piel de boda.
La mar sacó del mar un juramento.
La mar vibró en ola abrumadora.
La mar cubrió con mar el sacramento.
La mar roció el mascarón de proa.
Y el fondo de las olas preguntaba
si las caricias son de mar o son de viento.
Y el fondo de las olas arrasaba
aparejos, costados y armamento.
No sé si fue previsto ni violento
no sé si fue fugaz o quizá lento
tan sólo sé que nos miramos dentro
y entró en la mar la espuma tentadora.
En grito de silencio quedó muerto
el ímpetu embrión de la tormenta.
El camino quedó recién abierto
al futuro de una vida bella.
Jose Gracia y Calvo
Ronda (Málaga), septiembre 2010
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