Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar.
Tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido, desengáñate,
así... ¡No te querrán... jamás!
Jose Gracia y Calvo
Ceuta, 28/III/1991
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