"Ven". Sólo tres letras: "ven".
"Voy". Sólo tres letras: "voy".
¿Qué cuesta pronunciarlas?
¿Tanto?"
¿Cinco letra cuesta?
Más, más cuesta.
Porque ahora tengo que miles encadenar
para decirte,
para sufrirte,
para pensar
cuánto siento por tu ausencia.
¡Qué tontería!
¡Qué tontería nos separa esta noche!
Ni yo te dije "ven", ni tú dijiste "¿voy?"
Seis letras: "¿por qué?"
Aunque sepa que tú estás,
y aunque sepas que yo estoy,
sólo un leve gesto de labios
(un susurro), (una mirada)
podrían haber provocado
el milagro del calor entre
tú y yo.
Un milagro de ¿cuatro letras? entre
tú y yo...
En Raquel.
Jose Gracia y Calvo
El Puerto de Santa María (Cádiz)
13/II/1999
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