Cuando baja la mar la caracola
en su lecho de arena se recuesta
y desprende su concha olor de fiesta
cuando besa su manto alguna ola.
Con la brisa marina ya tremola
su sonrisa de vida manifiesta
y parece que cesa alguna siesta
al musitar latidos su gramola.
Y así vino para crecer corales
una tarde cerca de la campiña
pregonando rumor de carnavales.
Y su madre con ella se hizo piña
Y apiñé tantos sueños celestiales
que mi sueño se transformó en mi niña.
Jose Gracia y Calvo
12-13/VI/MMVII
Jerez de la Frontera (Cádiz)
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