Grítame, gritarme puedes
que yo te oigo si quiero,
como me grita la noche
cuando su voz me trae el viento.
Mírame, mirarme puedes
que no soy sólo un espejo,
como me miran los ojos
que lascivos tiene el cielo.
Tócame, tocarme puedes
siendo más que carne y hueso,
como me tocan las algas
que en la mar forman un lecho.
Odiame, odiarme puedes
no olvidarme, no te dejo.
Más te dejo que me dejes
pero no en el pensamiento.
Siénteme, sentirme debes ya que vivo.
Y ya que vivo, quiero y puedo
gritarte y mirarte,
tocarte y odiarte
y hasta maltratarte si quiero
vivirte, pero sintiendo.
A la vida porque al fin y al cabo es con ella con quien trato día a día.
Jose Gracia y Calvo
El Puerto de Santa María (Cádiz)
25/VIII/1997
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