En Córdoba las niñas tienen 20 años... O más... O menos...
Y calzan botas de caña alta para andar
dando un paso y otro más.
Y andan susurrando sus nombres,
desde sus tobillos a sus caderas,
con la boca fina y delgada sobre los muslos.
Sonríen con ojos de mezquita
mirando al horizonte del Guadalquivir,
escondido en cada vuelta de esquina,
en cada gesto sefardí de piedra o cal
que volvió al hogar.
Y andan apresuradas bajo la lluvia
invictas bajo el sol, altivas bajo el frío
amplias sobre las aceras.
Avanzan más que el tiempo, y menos que el futuro.
Lejos del mar traen olas con sal. Rodillas de espuma.
Caderas con resaca. Con sed de pestañas suaves
alrededor de la curvatura que se moldea en el aire
a su paso, donde al olvidar la espalda su nombre
se da paso al deseo.
Al recuerdo de sus tobillos, al postre dulce doble
entre sus brazos, la esperanza de sus mejillas
y el agudo beso que se clava en mi fantasía.
En Córdoba las botas altas calzan niñas de 20 años.
O más... O menos...
Jose Gracia y Calvo
Córdoba (Andalucía)
9/XI/MMX
No hay comentarios:
Publicar un comentario