Sí, lo tiré al suelo, cosa nada corriente en mí.
Harto ya como estoy de la vida en la ciudad,
la prisa, el ruido, la soledad entre un millón de
almas...
Tiré el "clínex" con todos sus mocos.
Cansada. Harta ya.
Pero entonces ella se acercó a mí y me llamó la
atención.
Recogió el pañuelo y me lo devolvió.
Me puso la cara colorada pero también el corazón.
Sus ojos me sacaron de la negrura urbana.
Nos enamoramos al segundo parpadeo.
Jose Gracia y Calvo
Alcalá de Guadaira (Sevilla)
24/III/MMXI
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